No podía empezar este comentario-carta de otra manera, estoy muy contenta porque estaba escuchando vuestro podcast cuando, cuál es mi sorpresa, escucho mi nombre. ¡Qué ilusión me ha hecho! Gracias a vosotras, como siempre lo he pasado muy bien con vuestros planteamientos sobre el fascinante mundo epistolar y he apuntado los libros que sugerís; además me han entrado muchas ganas de releer Nubosidad variable y por qué no Lo raro es vivir y El cuarto de atrás, libros que me gustaron mucho, mucho. También he recordado las cartas de 84 Charing Cross Road, las Cartas de una pionera y las de El color Púrpura, os las recomiendo.
Casualmente acabo de comprar Cartas de amor a Susan de Emily Dickinson y os dejo un fragmento de una de ellas:
"Susie-
Perdóname, porque nunca hago visitas. Yo soy de campo, ya sabes, y aunque bastante a gusto con el Diente de León, doy una imagen penosa en una - Sala de estar - De haberme invitado a salir con un ramo de Margaritas, te daría las gracias, y aceptaría- pero con Rosas- Lirios - Salomón mismo ¡pasaría mucha vergüenza!
No te preocupes por mí Susie - si no voy con los pies, voy con el corazón - hablo la que más, y me río más tiempo - me quedo cuando el resto se ha ido - beso tu mejilla, tal vez, mientras esas gentes honestas ¡te olvidan completamente en su Sueño!
Gracias por tus venidas frecuentes, y por las flores que traes - gracias por la risa alegre, que he oído esta mañana, aunque no te viera.
Lo guardaré todo hasta que logre a mi otra Susie, cuyo dulce rostro traes renovado, cada día que vienes.
Afectuosamente -
Emilie-"
¿No os parece bella? ¿Cómo hubiera sido su amor si hubieran podido ser libres, sin un "seto" de por medio?
Me uno a vuestra reivindicación: ¡Escribamos cartas! y aún mejor si van con sello, papel y escritas a mano, acompañadas de esa espera que mencionáis y que las hace aún más valiosas y especiales, es un ritual que encierra tanto, que requiere esa dedicación pausada y reflexiva, ese tiempo para buscar la palabra precisa, para imaginar a quien nos lee y esa ilusión que inunda cuando hay respuesta.
Queridas Paula e Inés:
No podía empezar este comentario-carta de otra manera, estoy muy contenta porque estaba escuchando vuestro podcast cuando, cuál es mi sorpresa, escucho mi nombre. ¡Qué ilusión me ha hecho! Gracias a vosotras, como siempre lo he pasado muy bien con vuestros planteamientos sobre el fascinante mundo epistolar y he apuntado los libros que sugerís; además me han entrado muchas ganas de releer Nubosidad variable y por qué no Lo raro es vivir y El cuarto de atrás, libros que me gustaron mucho, mucho. También he recordado las cartas de 84 Charing Cross Road, las Cartas de una pionera y las de El color Púrpura, os las recomiendo.
Casualmente acabo de comprar Cartas de amor a Susan de Emily Dickinson y os dejo un fragmento de una de ellas:
"Susie-
Perdóname, porque nunca hago visitas. Yo soy de campo, ya sabes, y aunque bastante a gusto con el Diente de León, doy una imagen penosa en una - Sala de estar - De haberme invitado a salir con un ramo de Margaritas, te daría las gracias, y aceptaría- pero con Rosas- Lirios - Salomón mismo ¡pasaría mucha vergüenza!
No te preocupes por mí Susie - si no voy con los pies, voy con el corazón - hablo la que más, y me río más tiempo - me quedo cuando el resto se ha ido - beso tu mejilla, tal vez, mientras esas gentes honestas ¡te olvidan completamente en su Sueño!
Gracias por tus venidas frecuentes, y por las flores que traes - gracias por la risa alegre, que he oído esta mañana, aunque no te viera.
Lo guardaré todo hasta que logre a mi otra Susie, cuyo dulce rostro traes renovado, cada día que vienes.
Afectuosamente -
Emilie-"
¿No os parece bella? ¿Cómo hubiera sido su amor si hubieran podido ser libres, sin un "seto" de por medio?
Me uno a vuestra reivindicación: ¡Escribamos cartas! y aún mejor si van con sello, papel y escritas a mano, acompañadas de esa espera que mencionáis y que las hace aún más valiosas y especiales, es un ritual que encierra tanto, que requiere esa dedicación pausada y reflexiva, ese tiempo para buscar la palabra precisa, para imaginar a quien nos lee y esa ilusión que inunda cuando hay respuesta.
A la espera de vuestras próximas reflexiones.
Con cariño.
Cristina.